Una muestra distinta en un lugar muy personal

Mi participación en El Holandés fue especial por muchas razones. Esta vez no se trató de pintar en vivo ni de intervenir un espacio, sino de mostrar mis obras en un lugar que siento cercano desde hace años: Pompeya Pizza Napoletana. Un rincón del barrio donde suelo ir, y que en esta ocasión se transformó en el escenario de una noche única.

Trece Art sentado frente a su muestra en El Holandés, con varias obras digitales y cuadros pintados a mano expuestos.

Cuadros, prints y una energía increíble

Expuse algunos de mis cuadros pintados a mano y también prints de obras digitales, en una velada donde se mezclaron el arte, la música y la buena energía. Hubo artistas cantando en vivo, un bingo musical, risas, pizzas y ese clima que se siente auténtico desde el primer momento.

Horno de barro encendido en el local Pompeya Pizza Napoletana, con cartel de neón que dice “Pizza Napoletana”.

Varios prints de arte urbano de Trece Art sobre banquetas, con personajes como el Joker, Darth Vader y Messi.

Grupo de personas disfrutando el bingo musical frente a las obras del Joker y Wolverine.

Arte urbano en espacios cotidianos

Ver mis obras colgadas en un espacio que frecuento desde hace tanto tiempo fue emocionante. No solo por lo que significa compartir mi trabajo con otras personas, sino también por todo lo que representa para mí: el recorrido, los colores, las ideas que fueron tomando forma con el tiempo.

 

Estas experiencias me siguen confirmando que el arte no siempre necesita un museo o una galería para brillar. A veces, basta con un lugar con alma, una pizza napolitana, buena música… y gente con ganas de disfrutar.

Cuadro del Joker apoyado en la pared junto a un print de Batman con fondo rojo.

Vista de una de las paredes del local decorada con obras de Trece Art y prints sobre mesas.

Trece Art de pie frente a su muestra en El Holandés, con obras de colores vibrantes y estilo urbano.